Monday, August 10, 2020

LAS EXCÉNTRICAS DENOMINACIONES DE BIRMANIA

Retrato oficial de Ne Win
(fuente: Wikipedia)
Como hemos visto en muchas ocasiones, el dinero puede servir para reflejar innumerables particularidades del país que lo emite: patrimonio artístico y cultural, personajes históricos, acontecimientos clave de su pasado, sus instituciones...Puede incluso servir para honrar tanto sus contribuciones científicas como para destacar la belleza de sus paisajes. Sea cual sea el diseño escogido, las monedas y billetes suelen encontrar elementos que de alguna forma cohesionan a la nación, puesto que la mayoría de sus habitantes pueden sentirse identificados con ellos.

En el caso de los regímenes autoritarios o totalitarios, como el caso que expondré hoy, no ocurre necesariamente así, dado que los diseños pueden decidirse de acuerdo a los designios del dictador de turno. Nuestro protagonista de hoy no es otro que Ne Win, paradigma del déspota excéntrico, caprichoso e incompetente, pero no por ello menos cruel. ¿Os podéis imaginar al BCE desmonetizando los actuales billetes en circulación para sustituirlos repentinamente por billetes de 15, 35 o 75 €? Para los que vivieron en la Birmania de la década de 1980 esto fue una triste realidad entre tantas.


Birmania, en la actualidad Myanmar, no tuvo un proceso de independencia sencillo tras la Segunda Guerra Mundial. A las muy dispares tendencias políticas existentes, unidas solo por su deseo común de un país independiente del yugo británico o japonés, hay que sumar su variopinta mezcla étnica y religiosa, elementos que a la larga podían convertir al país en un polvorín. Uno de sus líderes más emblemáticos, Aung San (padre de la futura activista por la democracia y los derechos humanos Aung San Suu Kyi) fue asesinado en 1947 tras negociar el tratado de independencia con Gran Bretaña, que se hizo efectiva el 4 de Enero de 1948. U Nu, líder que junto con Aung San fundó el AFPFL (Antifascist People's Freedom League), la organización política más relevante en el proceso de independencia de Birmania, se hizo cargo del país como primer ministro. 


Billete de 15 kyats de 1986 con el retrato del General Aung San

Desde el comienzo U Nu encontró serios problemas para estabilizar el país, teniendo que hacer frente a todo tipo de enfrentamientos y revueltas. En este contexto, nuestro protagonista de hoy consiguió en poco tiempo hacerse con el control del ejército y por lo tanto convertirse en el hombre fuerte del país. Ne Win, apodo que tomó durante sus años de lucha anticolonial y que viene a significar "brillante como el sol", se convirtió en comandante en jefe de las fuerzas armadas en 1949 y una crisis en el partido gobernante le brindó la posibilidad de acceder al cargo de primer ministro de forma provisional en 1958. En 1960 convocó unas elecciones en las que U Nu resultó claro vencedor, lo que le permitió volver a gobernar el país, aunque por poco tiempo: dos años después Ne Win tomaría el poder por la fuerza y esta vez de forma permanente.  

Si bien Ne Win pudo disfrutar de cierto prestigio durante su primer breve periodo como primer ministro al garantizar una cierta estabilidad y el funcionamiento de los servicios públicos, su etapa como dictador fue realmente nefasta. Su "via birmana hacia el socialismo" consistió en una caótica política de nacionalizaciones de los sectores económicos más relevantes (comercio, industria, banca y minería), y en la apuesta por la autarquía en la práctica, adornado de una retórica xenófoba y el recelo hacia cualquier inversión exterior. En unos pocos años la economía brimana, una de las más prometedoras tras la II Guerra Mundial, fue literalmente destrozada, con la población civil como la principal afectada. Pese a todo, pocas medidas pudieron afectarle de forma tan directa como la monetaria, como describiremos a continuación. 

Billete de 75 kyats de 1985, de nuevo con el General Aung San

El carácter despótico y excéntrico de Ne Win tenía un componente místico y esotérico que condicionaba sus decisiones, siendo habitual que siguiera los consejos de adivinos y numerólogos. En 1985, con el fin de conmemorar su 75 cumpleaños, ordenó emitir nuevos billetes de 75 kyats, seguidos de unas aún más excéntricas denominaciones de 15 y 35 kyats. Los antiguos billetes de 50 y 100 kyats serían desmonetizados otorgando a la sufrida población birmana un periodo de gracia en el que los pudieran cambiar. 

Satisfecho sin duda por llevar a cabo una excentricidad de este calibre, en 1987 decidió, de nuevo gracias a la sugerencia de sus numerólogos, honrar el número 9 como símbolo de buena suerte. Ni corto ni perezoso, retiró de la circulación de forma repentina los billetes recién estrenados y los sustituyó por las nuevas denominaciones de 90 y 45, ambos divisibles entre 9 y cuya suma de cifras por separado resulta en 9. De la noche a la mañana, el 75 % del dinero en circulación del país quedaba sin valor, con la consiguiente ruina para los particulares, a los que no se les posibilitó cambiar sus antiguos billetes por los nuevos. 

El billete de 90 kyats de 1987, esta vez con el retrato del lider anticolonialista Saya San 

Medidas tan arbitrarias e impopulares como éstas no hicieron sino aumentar el descontento entre una población harta de penalidades. 1988 fue un año clave en Birmania, ya que vio la caida de definitiva de Ne Win tras la multiplicación de protestas por todo el país y la toma del poder del General Saw Maung tras un nuevo golpe militar.  Ne Win mantuvo durante los últimos años de su vida un perfil bajo, aunque no pudo evitar pasar unos cuantos bajo arresto domiciliario tras recibir acusaciones de conspirar contra la junta militar que seguía controlando el país. Un país que fue progresivamente cambiando en muchos sentidos, incluyendo su nombre, que pasó a ser Myanmar a partir de 1989. 

A pesar de su escaso prestigio, estos billetes tienen al menos el honor de ser los últimos emitidos bajo el nombre de Birmania. Ne Win, por su parte, falleció recluido en su residencia en 2002, a los 91 años, seguramente satisfecho (y afortunado) de haber llegado a su novena década de vida, algo con lo que millones de birmanos solo podían soñar tras padecer sus incontables atrocidades. 

Asia Contemporánea, Historia Universal Siglo XXI vol. 33 compilado por Lucien Bianco, s. XXI de España editores  1984
https://www.telegraph.co.uk/news/obituaries/1415295/General-Ne-Win.html
https://blogdebanderas.com/2014/09/07/8-curiosidades-en-los-billetes-alrededor-del-mundo/
https://en.wikipedia.org/wiki/Ne_Win
https://en.wikipedia.org/wiki/Burmese_kyat




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